domingo, 23 de agosto de 2015

REPLICA A LA COLUMNA DE LA REVISTA SEMANA "LO QUE NO SE DIJO DE LA NUEVA EVALUACION DOCENTE"

 

En este post me separo un poco de los temas en que va el blog, pero me ha parecido importante expresarme en respuesta a Julian de Zubiría, quien es un prestante pensador Colombiano, particularmente en temas pedagógicos y por qué no, de filosofía de la educación.

El señor de Zubiría escribió una columna para la revista semana titulada "Lo que no se dijo de la nueva evaluacion docente" . Al respecto hago la siguiente replica:

Respetado señor de Zubiría 

Aunque su reputación en el ámbito educativo lo precede, resulta a lo menos ingenua su columna en la revista titulada "lo que no se dijo de la nueva evaluación docente". 

La evaluación docente debe ser un instrumento para mejorar la calidad de la educación afirma usted en la columna. Ese es un ideal noble, y tal como usted lo sustenta se ha hecho exitosamente en otras partes del mundo. ¿Pero ese es propósito de la evaluación en Colombia?  

Preguntarle al Ministerio de Educación no es la manera de responder esta pregunta, pues evidentemente contestar afirmativamente; lo mismo sería preguntarle a FECODE. Entonces para identificar cuál es el propósito de la evaluación docente en Colombia el camino es hacer una lectura del panorama global de la evaluación, y no la evaluación en sí misma. 

Considerando el contexto de la evaluación docente lo primero que salta a la vista es que hay muchas evaluaciones. Hay evaluaciones directas y evaluaciones indirectas.  

Las evaluaciones directas son dos: la primera se aplica anualmente en las instituciones educativas, se llama "evaluación de desempeño" y la lleva a cabo el rector por medio de un aplicativo virtual del Ministerio de Educación Nacional el cuál esta disponible unos días; esta evaluación arroja un puntaje que de ser menor a 80 (lo máximo es 100) el docente debe hacer un plan de mejoramiento para el año siguiente y corre el riesgo de ser destituido si no alcanza los objetivos de dicho plan. La segunda es la "evaluación de competencias" de la cuál se trata su columna, la  convoca el Ministerio de Educación y para participar el docente debe comprar un PIN por una módica suma. 

Las evaluaciones indirectas son más.  Principalmente la prueba SABER en todas sus modalidades, SABER 3, SABER 5, SABER 9 y por supuesto SABER 11, que son pruebas estandarizadas que arrojan resultados cuantitativos bastante interesantes y completos hasta donde este tipo de evaluación permite medir; las pruebas para tercero, quinto y noveno únicamente evaluación competencias de ciencias, lenguaje, matemáticas y no siempre competencias ciudadanas y es de acá de donde salen los resultados internacionales PISA; y la prueba de 11 es conocida por la opinión como "el icfes" y el año pasado cambio su estructura. En Bogotá se aplicará la prueba SER que también tiene un talante internacional, es convocada por UNESCO y evalúa ciudadanía y convivencia, educación artística, y actividad física y deporte. 

Bien lo menciona usted, el Ministerio de Educación Nacional instauró el Índice Sintético de la Calidad de Educación, que incluye entre sus componentes los resultados de las pruebas saber y la mortalidad escolar (cuantos estudiantes son promovidos al grado siguiente y cuando deben reiniciar el año escolar) entre otros. 

También hay estadísticas de éxito y fracaso que sirven como elemento de evaluación como lo es la cantidad de estudiantes que continúan sus estudios después del bachillerato, cuantos de estos provienen del sector privado, cuantos del sector público, cuantos de estos estudiantes ingresan a alguna de las universidades públicas del país, etc. 

Los resultados de todos estos procesos evaluativos son responsabilidad de los profesores, o por lo menos la opinión pública los responsabiliza. 

Las evaluaciones indirectas cada una tiene su propósito establecido, siendo la medición del desempeño de los docentes algo secundario en ellas. ¿Y el propósito de las evaluaciones directas cuál es? El de la evaluación anual es algo incierto pues el Ministerio nunca la reglamentó debidamente, y el de la evaluación de competencias es el ascenso en el escalafón docente.  ¿Por qué otra razón un profesional pondría de su propio dinero un valor que es casi el equivalente al aumento salarial de ese año para presentarse a otra evaluación si no es la posibilidad de obtener un beneficio económico? 

En este punto debo refrescar su memoria sobre las declaraciones de la Ministra Gina Parody acerca de la situación fiscal del Ministerio frente a las demandas de los docentes en temas de aumento salarial durante el pasado paro docente. ¿Cree usted que el gobierno nacional cuenta con los recursos financieros necesarios para dar vía libre a los ascensos de los docentes indiscriminadamente y sostener fiscalmente esa situación? Sobretodo hoy cuando el dólar supera los tres mil pesos, el precio del petróleo está por el piso y en general afrontamos un panorama económico complicado. 

Con todo el respeto que su trayectoria en educación merece, usted desconoce el contexto tan complejo que hay alrededor del tema de la evaluación (y que en esta carta yo no abordé por completo pues hace falta ver lo que sucede en el sector privado), y peca de ingenuo al afirmar esa "promoción automática" en temas de escalafón.

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