miércoles, 30 de enero de 2019

NIETZCHE, EL CREPUSCULO DE LOS IDOLOS 5


EL PROBLEMA CON SOCRÁTES

Nietzsche como filólogo hizo un trabajo reconocido y resaltado por la comunidad académica explorando e interpretando el mundo griego a través del teatro.


Como expresión artística el teatro reflejaba la vida, los intereses, la religión, la política y muchos más detalles de la vida griega.


La tragedia griega enmarcada históricamente en las guerras medicas tiene unas características especiales que reflejan una visión dualista del mundo: lo apolíneo y lo dionisiaco.


Para Nietzsche ésta es una época de esplendor en el mundo griego.


Pero los historiadores marcan el inicio de la filosofía como ciencia independiente después de este momento. Con Sócrates, una vez terminadas las guerras médicas. ¿Por qué éste momento?, ¿Por qué Sócrates?, ¿Por qué Grecia y no otro lugar del mundo? La respuesta es muy simple: método. Sócrates es el creador del primer método filosófico; y la ciencia, cualquier ciencia, se define por tener un objeto de estudio y un método.


Pero Nietzsche acusa a Sócrates de decadente, y de causante de la decadencia Griega. Partiendo de la idea de que el mundo occidental está construido sobre los pilares de la cultura Griega, y la cultura Griega era una cultura decadente, en consecuencia el mundo occidental es decadente de igual forma.


Dice Nietzsche, en Sócrates todo es feo, tanto su cuerpo como su alma que es portadora de todos los vicios. El primero es su desprecio a la vida, que ha sido retratado por muchos como una actitud buena y digna de ser reconocida al aceptar de buena gana beber la cicuta.  También lo es su método, la “Mayéutica” que más tarde su estudiante Platón evolucionaría en “Dialéctica”. En el #7 de su discurso sobre Sócrates explica lo reprochable de la dialéctica como herramienta retórica:

"¿Es la ironía socrática una manifestación de rebeldía, de resentimiento plebeyo?¿Sacia, en su calidad de oprimido, su propia ferocidad mediante las cuchilladas del silogismo? ¿Se venga de los aristócratas a los que fascina? El dialéctico tiene en sus manos un instrumento implacable: con él puede ejercer la tiranía; al que vence le deja en entredicho, porque obliga a su adversario a tener que probar que no es un idiota; enfurece a los demás, y a la vez les niega toda ayuda.  
El dialéctico reduce el intelecto de su adversario a la impotencia. ¿Será la dialéctica socrática simplemente una forma de venganza?."



Continúa Nietzsche, el problema más profundo en Sócrates es su vuelco definitivo hacía lo apolíneo, y su enseñanza a los jóvenes de Grecia y al mundo: ser racionales. Esto deja por fuera del horizonte la otra parte, la instintiva y la espiritual, es decir, la dionisiaca.


Todo queda sometido a la tiranía de la razón.
¡SAPERE AUDE!