Es bueno estar de regreso en el blog. He estado ocupado con las responsabilidades de la escuela en la que trabajo y demás situaciones que exigian mucho tiempo.
Desde hace tiempo he querido hacer un recuento de las anecdotas de Diogenes de Sinope, quien es uno de los filosofos más importantes de la Antigua Grecia y pertencía a la corriente filosófica llamada "Cinismo". Aunque yo no me considero a mi mismo cínico en el amplio sentido de la palabra, me parecen muy interesantes y prácticos para aplicar en la vida diaria los planteamientos de Diogenes.
Sin más, esta es la primera anecdota.
En el mercado Ateniense Diogenes decía:
" Que las cosas mejores se venden por muy poco precio, y al contrario, pues una estatua se vende por tres mil dracmas, y un quénice de harina no más que por dos dineros"
Esta afirmación deja en claro cual era el orden de importancia que le daba a las cosas este filósofo, y al mismo tiempo es una interrogante hacía la sociedad y a todas las personas acerca de lo mismo, ¿Qué valor es el que le damos a las cosas? Especialmente en nuestros países latinoaméricanos dónde la volatilidad del dolar (una moneda que nisiquiera es la nuestra) ha golpeado tanto la economía dejando una gran debastación a su paso.
¡SAPERE AUDE!
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